I
Vuelvo a encontrarme con ese arco de esperanza
A encontrarme con mi madre que me espera
A buscar los antiguos libros y las ventanas
Para ver si aun puedo admirar esas montañas.
Regreso para encontrarme con mi abuela
Después de diez años aparte
A desenterrar los ríos precipitados que me esperan
A fuerza de torrentes mecánicos
A buscar pequeñas burbujas salpicadas de ese tiempo.
Vuelvo a encontrarme conmigo mismo
Con los amigos que se quedaron
Los que sobrevivieron el espanto y el sigilio.
Vengo detrás de los discursos blancos a los estrados vacíos
Me llevo ese palmazo por la espalda
Le pido mil disculpas al meridiano que me cobija
Pero este viaje no lo entrego jamás.
He confundido fechas y olvidado el horizonte
A veces, repito, esto ha sido a veces
Me he ido levantando de espalda a la torpeza
Y he buscado como un hambriento el lecho de las raíces.
Voy al encuentro del niño abandonado
-Uds saben a lo que me refiero-
entre alambres y gatillos oxidados
voy a ver y me temo a mí mismo.
No sé si soy de aquí de allá o del mas allá
porque si me preguntan de donde soy
ya no sé lo que debo contestar.
Este es el fin de esta cacería atrasada
La fortuna me espera y espero que así sea
Para darme la fuerza de enfrentarme a la imagen
Del cadáver de 10 años de un exilio terminable.
1 comment:
Compañero!
Te había extrañado, no estabas en este vacío virtual que a la larga, es un río que nos une a lo largo y ancho del planeta exiliado.
¿Puedo usar este poema para la introducción de mi estudio acerca del EXILIO-RETORNO?
La tribu te espera, amigo, estés donde estés.
Adriana
Centro Estudios Memoria y Derechos Humanos
Lic. antropología-arqueología
Santiago
Chile
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