Thursday, February 09, 2012
INTENTOS DE PARAISO Y EL INFIERNO
INTENTOS DE PARAISO Y EL INFIERNO
(Lonquen,Chile, 1978)
Antes de nada hay que saber cuantos intentos dio el paraíso
en busca de un hombre nuevo.
Cuantas cruces vemos al borde del camino mientras
pensamos en cuanto hay que hablar y cuanto decir porque
las palabras son pocas e insignificantes para explicar las
cosas.
Cada día hay un nuevo dolor en este mundo. El espacio se
hace escaso para el sufrimiento humano. Que no hay nada
mas enfermizo que ver como este mundo gira en torno al
abuso de unos sobre los otros.
La cáscara del cerebro se convierte en polvo buscando el
recóndito lugar de donde empezó esta diferencia, pero
todavía quedan mil ojos sobre la tierra.
Mi palabra no exige explicaciones sino respuestas. Este es
apenas un alerta en la espesura del mundo moderno.
Hasta ayer pudo haber cinco siglos de ojos, unas, manas que
se convertirán en diez mil ríos, en un caudal de venas que se
derraman por la superficie del planeta.
Hace rato que la bandera de la tierra fue hecha guiñapos por
la furia del iracundo y aun así no hemos aprendido nada.
Al mar se van los ríos y al hombre se van las manos y los
intereses. En la analogía del tiempo hemos clasificado estos
dos mundos reales.
Uno no se llena con el otro el otro no se vacía con el primero.
Estos no son vasos comunicantes sino todo lo contrario.
No entiendo que como no se comprende esta simple
conjetura. Esta hipótesis de siempre.
Hace mucho tiempo que floreciera la amapola amarga del
invierno y ya han pasado tantas amarguras como gotas de
agua en un río.
La ley de este tiempo es la ley del oro y de los bancos. Y no
solo el tiempo vale oro sino que el espacio lo han convertido
en comodidad y precio.
Desde los hombres de las primeras cavernas que la vigilancia
del privilegio fue la causante del traspié humano, un traspié
de cien siglos de una memoria interminable.
Hoy me quejo de esto al borde de la ventana que esta
abierta hacia el exterior.
En las noches duermo incluso temiendo que la muerte
acecha nuestras espaldas.
Puse los cinco sentidos en todos los movimientos para que
ellos me avisaran de los peligros que acechan.
Pensar en las contradicciones le ha causado la muerte a mas
de algún humano.
Pero hoy todo sigue igual, nada ha cambiado, esta es la
venganza del paraíso que nunca encontró la fruta que crecía
en el árbol del conocimiento. La serpiente cambio su
etiqueta, su logotipo y su apariencia.
Ahora estamos rodeados de las mil serpientes de este mundo
moderno.
Y así se convierte en la lluvia estelar de la ignominia, ya no
engañan a nadie, nadie les cree ni lo que callan, todas las
generaciones que han pisado esta humanidad y que hoy solo
son hueso y polvo, tampoco la engañan.
Dos golondrinas trataban de hacer un nido en el hueco
dejado por la balas, entenderían el pasado de su nuevo
hogar?
Pienso que ya hace mucho tiempo que la fuente que todos
llevamos adentro de la conciencia se derramo por cada uno
de nosotros.
El verano se quebró en un peñasco que lanzaron las manos
asesinas de pájaros y nubes. Pero hace ya muchos campos y
muchos poblados de que se entrelazo la muerte y la vida en
es continuo comerse uno al otro sin siquiera tener que servir
de comida a los hambrientos de sangre y de piel de seres
humanos.
No le temo a los caminos que se ponen delante mío ni le
temo al callado trascurso de las horas. La muerte en secreto,
me oyen, es la mas vil forma de matar a alguien, la peor
forma de ahogar la vida.
Cuantas serán las voces que claman desde los cardos?
Cuantos cuerpos enterrados en las minas de cal?
Cuantas cruces hay en la cordillera?
Cuantas en el mar?
No se si podremos llegar al comienzo de esta historia o si
nos ponemos a pensar en su final pero irremediablemente
estamos condenados a seguir hacia el oscuro fin de los
recuerdos.
Si usáramos un arma imaginaria podríamos disparar cinco
mil besos por segundo, podríamos disparar volantines a los
niños, frutas frescas a los sedientos.
Todos sabemos cuando se callo la esperanza, de aquel día
todos tenemos algún recuerdo, la maldad habla hoy día por
los únicos parlantes infinitos de los días.
No se como ocupara este lugar una vez atravesemos este
pedazo de historia.
Encontraron ochenta y cinco dedos y treinta cuatro ojos,
hallaron 34 cuatro rodillas en una mina abandonada cerca de
mi ciudad.
Ellos fueron treinta y cuatro oídos que no escucharon mas
cantar las aves que vuelan el cielo de sus casa, treinta y
cuatro ojos que no vieron mas el amanecer, y sus madres, y
sus hijos, y sus hermanos y hermanas, de todos sus
parientes y vecinos?
Como duermen hoy los asesinos de esas flores?
Recordaran el olor a pólvora de sus manos, se envalentaran
pensando en las ordenes, en la desconfianza que provocaran
entre los vecinos?
Dormirán muriendo de a poco también? Que pensaran en su
ignorante justificación de tanto miedo?
El que les dio amplio espacio para sus barbaridades el que
les entrego las órdenes del mal el que aun lejano se sienta
en sus rincones plateados esperando que otros se ensucien
las manos.
Ese es el verdadero asesino de pájaros y cantos.
A ese le quiero conocer su nombre, a ese asesino suelto le
quiero detener el paso, pero como todo río que recorre su
curso, como todo día que gira en el planeta todo tendrá su
final.
Pronto pasaran sus leyes, sus decretos y sus formalidades,
sus uniformes y sus estatutos, sus fusiles y sus cárceles y le
podremos ver la cara.
La cola de un cometa se corta a la altura de su punto débil, la
estrella se esparce cuando entra en nuestro planeta, así
comenzaran a desgranarse los jefes de la infamia, así
terminaran sus mentiras y su prensa, así sus humillaciones
quedaran clavadas en nuestra memoria.
A los antiguos el fantasma del maíz les penaba, pero a los
pobres de esta tierra les sigue penando el fantasma del
hambre y la miseria
.
Esa hambre que entra por la boca pero que después entra
por todos los poros del cuerpo, por los dientes, por la punta
de los cabellos hasta clavarse en el estomago como una
ulcera sangrienta.
La miseria que es como una lepra que todo lo destruye ,lo va
carcomiendo hasta cuando la gente enrarece los
sentimientos entre uno a otro, cuando termina engañándose,
vendiéndose, traicionándose hasta la fechoría.
Un dia muere un mendigo, abandonado a sus penas de
alcohol barato y malnutrición en las calles de nuestras
ciudades. Hoy mueren 23 niños de hambre en alguna parte
del mundo.
Una bala destructora termina con algún inocente en
cualquier calle del planeta y la cesantía lleva a algún
hombre a matar a su familia en la desesperación.
Los bancos y los banqueros ríen, se visten de blanco y de
corbata y se friegan las manos camino a sus mansiones,
pensando en sus limpias sábanas, en sus mujeres y sus
amantes, en sus drogas y en sus fiestas, en sus casinos y sus
yates.
La luna deja un hueco vacío en la noche de los deudos y la
locura desencadenada llena de humo las cabezas de los
mentirosos.
Por esos es necesaria la palabra nocturna, el oído puesto en
cada cosa, la garganta dispuesta en cada momento, el ojo
apuntando en todas las direcciones y los dedos como flechas
dirigidas al alma.
La cavernaria inquietud que atraviesa de lado a lado la
incontenible diversidad de nuestra conciencia hace que la
boca y los labios, que la mano y sus dedos se coloquen hacia
todos los costados de este mundo.
Ya nadie reconoce la magnitud de las palabras, ni la hondura
del miedo. Hay muchos que creen que este lugar esta
entrelazado a las costillas como un dolor de siempre,
arrastrando resquemores y dudas en la gente.
Así, los silencios y la indiferencia se van arremolinando
como un torbellino de viento y de papeles hasta que después
van cayendo suavemente entre las cabezas de los
transeúntes.
Después que venga la primavera y se hayan enmudecidos los
campos de batalla, las esperanzas rebrotaran en la boca de
todos los nuestros, de los vivos y los muertos, los presentes
y los desparecidos, pues dicen que de ellos nacen gladiolos y
camelias, claveles y violetas porque en cada puesta de sol,
en cada atardecer las flores entonaran un canto de
despedida y añoranza.
Esteban Espinoza
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