No se si ella se entero de los cambios que han ocurrido en el mundo pero al salir de su casa cada mañana se asegura de mirar de lado a lado por si hay algún espía perdido que la este vigilando.
Observa con cuidado a cualquier sujeto que pase por allí con lentes oscuros, maleta de documentos, y hay veces que hasta cruza la calle para no toparse con algún espía internacional disfrazado de obrero del agua o de jardinero.
Natasha vive sola y su mundo se ha compuesto de teorías espaciales, escándalos internacionales e importantes reuniones con algún personero gubernamental pero que en realidad nunca suceden .
Natasha esta convencida que la antigua KGB y mas de algún espía norteamericano de la CIA o el FBI entrara en su pequeño departamento que queda a un costado sur de esta lejana ciudad y le arrebate, con razón o con fuerza, una serie de documentos clasificados que ella vigila mas cuidadosamente que cualquiera otra posesión que ella tenga.
Su mirada endurecida de sospecha, su argumento coherente le han traído mas de algún problema con la masa idiota que vive sobre la faz del planeta.
Nadie entiende de lo importante de estos planos que nadie ha visto pero que Natasha cuida religiosamente.
Cuando duerme, los esconde en un lugar secreto de su casa que a pesar de la mirada curiosa de este relator, aun tampoco ha podido identificar.
La señorita Natasha es una mujer elegante y de gestos muy educados.
Su mirada sospechosa te recorre como el scanner de las maquinas en los supermercados, de abajo a arriba, de lado a lado.
Busca en tu mirada alguna señal que sugiera tus verdaderas intenciones, busca averiguar tus secretas intenciones.
Hay veces que la veo pasar rápidamente por las calles de mi barrio, con un carrito de supermercado y bajo su brazo, apretados, un rollo de papeles que ella sujeta firmemente.
Y que no se le ocurra a alguien ofrecerle ayuda alguna, esta sera confesión sincera de la sospecha albergada de que en realidad tu intención siempre fue apoderarse de esos planos misteriosos.
He tratado de hacer conversión esporádica con ella mientras camino al mismo supermercado, pero inicialmente ella me rehuye .
Ultimamente me ha dado mas confianza y casi ya me considera su conocido. La dejo hablar libremente para que no se asuste y me ha contado poco a poco acerca de unos planos especiales que ella cuida porque habrían muchos interesados en robárselos.
Me cuenta que los servicios de inteligencia le han marcado su casa para un posible secuestro o para simplemente robarles esos planos.
Un día la curiosidad ya me mataba y le pregunte sobre que trataban esos planos.
Ah –me contesto- no puedo darle mayores detalles puesto que eran parte de un proyecto internacional , pero que me contaría en forma general que eran parte de un proyecto de cooperación espacial internacional.
Estas informaciones -dijo- era muy delicadas y secretas pero me describió que uno de aquellos planos trataba de la creación de un invernadero espacial para la producción de frutos intergalacticos que servirían para alimentar a los tripulantes de alguna estación espacial de las que abundan en el espacio.
O tal vez para alimentar a los futuros exploradores intergalacticos que los necesiten.De allí su importancia. Pero su historia llego hasta allí y quedo en silencio.
Me sentí tocándole una intima fibra de su carácter y preferí dejar la conversión hasta allí. Entendí que entraba en materia prohibida y que ella celosamente protegía el contenido de estos importantes documentos cuyo caracteres mitológicos comienza a enredarme la cabeza y las ideas.
Poco a poco he ido perdiéndola de vista y a veces cruzo la calle para no encontrarme con ella ya que yo también he visto alguna extraña gente de lentes oscuros siguiendome cuando voy al supermercado.
Wednesday, June 24, 2009
LA ULTIMA RISA DE MARIO
Os voy a contar esta historia que paso ya hace mucho tiempo.
Mario era un joven alegre , el mayor de tres , tenia dos hermanas menores .
Su madre trabajaba en un mercado urbano y su padre, era un vendedor viajero que lo forzaba a ausentarse de casa por largos periodos de tiempo.
Mario asistía al mismo colegio donde era muy admirado por sus compañeros de curso, debido a su incesante alegría. Día a día llegaba a clases con nuevas bromas y su sentido de humor era inagotable.
Una vez hicimos un pacto, después que Mario revisara mis dibujos y le gustaran mucho. Decidimos producir una revista de caricaturas para la familia y tal vez para los amigos mas cercanos.
Nos juntábamos a discutir los temas, los personajes, los diálogos. Cada vez nos fuimos haciendo mas y mas cómplices en nuestra búsqueda de la fuente infinita del humor. Nos reíamos de todo, de nuestros padres, de los curas católicos y los sacramentos, de los amigos.
La revista nació y fue muy bien recibida todos. Yo hacia los dibujos y Mario les daba vida con sus comentarios y anécdotas. Los globitos de las historia eran inagotables.
Recuerdo por ejemplo que por ese tiempo habíamos cumplido ya 13 anos, y la curiosidad nos llevo a probar escondidos nuestro primer cigarrillo. Era la complicidad de la adolescencia y de trasgresión inocente de los limites.
Amigos en la culpabilidad y el riesgo.
El año 1973, fue un año difícil pues, el país se debatía entre la cordura y el crimen.
Los muros de la ciudad se llenaron de rayados que llamaban a detener la conspiración que se preparaba, mientras otros rayaban sus llamados a eliminar a los que apoyaban al gobierno.
Las huelgas se repetían cada día, y la prensa, su mayoría opositora al gobierno de aquel entonces, usaba sus programas para aumentar las tensiones que crecían día a día. Las vacaciones de invierno de ese ano comenzaron bien.
Nosotros acostumbrados a que los profesores nos agobiaran con tareas para ese periodo frío y lluvioso de mitad de ano, aun así, encontrábamos tiempo para seguir escribiendo y dibujando.
En ese tiempo esas vacaciones duraban tres semanas y eran en julio. Durante la primera semana de esas vacaciones estuve muy resfriado y caí muy enfermo en cama.
Abrigado y sin mayor entretención que mis lápices y cuadernos, esperaba angustiado la pronta mejoría para volver a mis andanzas, ver la calle, jugar con mis amigos.
Mariofue el unico que va a visitarme y hoy lo recuerdo, como si fuera solo ayer, caminando hasta mi casa con su abrigo gris y su bolso cruzado a la espalda.
Nosotros, muy niños entonces, vimos la oportunidad para continuar con nuestra misión; reírnos de medio mundo y elaborar nuestra revista con nuevas aventuras. Los personajes eran sacados de la realidad inmediata, que a veces representaban personajes cercanos a nosotros.
Nos reímos de nuestras historias tontas, nos reímos de nuestra miserable existencia, coloreando así el gris de ese invierno. Entre mi enfermedad y la visita de Mario ocurrió un milagro. Su humor me recupero la salud al instante y al día siguiente de su visita pude levantarme por primera vez.
Al siguiente día, ya mejorando leía en el living de mi casa matando las horas de esas interminables vacaciones cuando golpearon mi puerta. Yo alegre, pensando que ya Mario volvía a contarme su historia o a traerme algun dibujo nuevo que había inventado, abrí la puerta.
Era otro de mis compañeros de curso, quien serio me pidió entrar. Muy triste dijo que traía malas noticias;
Mario-me dijo-ha muerto.
Mi cómplice del humor, el mas alegre de mis compañeros de curso, se había quitado la vida la noche anterior.
Su madre se había enfadado con el y este en un arrebato de rabia y culpa , entro a su pieza, y cerro firmemente la puerta. Esa noche, cuando su padre volvió del trabajo y le pregunto a su esposa donde estaba su hijo , ella le contesto que Mario se había ido a su pieza enojado.
El padre, queriendo aclarar las cosas lo busco por la casa sin recibir contestación. Trato de abrir la puerta de la pieza pero no pudo. Usando toda su fuerza se lanzo contra ella para forzarla a abrirse y allí lo encontró; Mario se había colgado usando uno de los cinturones de su padre.
Sus funerales fueron muy dolorosos, pero allí en el ataúd, frente a los estudiantes de mi colegio, estaba Mario mas alegre que nunca.
Yo me exigía explicaciones, porque, como, para que y esas angustiosas cuestiones que le vienen a cabeza en momentos como ese. En un momento no pude mas y salí de la iglesia donde velaban su cuerpo. Tal vez un poco de aire fresco me dieran claridad.
Solo tenia una pregunta;
Como terminaría esta historia de humor negro? Que mas podría pasar? Mientras estaba en eso, algo muy fresco me recorrió de la cabeza hasta el cuello. Por un instante mire hacia arriba. Palomas friolentas se acurrucaban de los salientes del edificio de la iglesia .
Una de ellas voló en ese instante y estoy seguro que vi a Mario volar junto a ella. Entonces entendí; el que ríe ultimo pensé, ríe mejor.
La sensación en la cabeza, era solo un poco de mierda de paloma y nada mas.
Mario era un joven alegre , el mayor de tres , tenia dos hermanas menores .
Su madre trabajaba en un mercado urbano y su padre, era un vendedor viajero que lo forzaba a ausentarse de casa por largos periodos de tiempo.
Mario asistía al mismo colegio donde era muy admirado por sus compañeros de curso, debido a su incesante alegría. Día a día llegaba a clases con nuevas bromas y su sentido de humor era inagotable.
Una vez hicimos un pacto, después que Mario revisara mis dibujos y le gustaran mucho. Decidimos producir una revista de caricaturas para la familia y tal vez para los amigos mas cercanos.
Nos juntábamos a discutir los temas, los personajes, los diálogos. Cada vez nos fuimos haciendo mas y mas cómplices en nuestra búsqueda de la fuente infinita del humor. Nos reíamos de todo, de nuestros padres, de los curas católicos y los sacramentos, de los amigos.
La revista nació y fue muy bien recibida todos. Yo hacia los dibujos y Mario les daba vida con sus comentarios y anécdotas. Los globitos de las historia eran inagotables.
Recuerdo por ejemplo que por ese tiempo habíamos cumplido ya 13 anos, y la curiosidad nos llevo a probar escondidos nuestro primer cigarrillo. Era la complicidad de la adolescencia y de trasgresión inocente de los limites.
Amigos en la culpabilidad y el riesgo.
El año 1973, fue un año difícil pues, el país se debatía entre la cordura y el crimen.
Los muros de la ciudad se llenaron de rayados que llamaban a detener la conspiración que se preparaba, mientras otros rayaban sus llamados a eliminar a los que apoyaban al gobierno.
Las huelgas se repetían cada día, y la prensa, su mayoría opositora al gobierno de aquel entonces, usaba sus programas para aumentar las tensiones que crecían día a día. Las vacaciones de invierno de ese ano comenzaron bien.
Nosotros acostumbrados a que los profesores nos agobiaran con tareas para ese periodo frío y lluvioso de mitad de ano, aun así, encontrábamos tiempo para seguir escribiendo y dibujando.
En ese tiempo esas vacaciones duraban tres semanas y eran en julio. Durante la primera semana de esas vacaciones estuve muy resfriado y caí muy enfermo en cama.
Abrigado y sin mayor entretención que mis lápices y cuadernos, esperaba angustiado la pronta mejoría para volver a mis andanzas, ver la calle, jugar con mis amigos.
Mariofue el unico que va a visitarme y hoy lo recuerdo, como si fuera solo ayer, caminando hasta mi casa con su abrigo gris y su bolso cruzado a la espalda.
Nosotros, muy niños entonces, vimos la oportunidad para continuar con nuestra misión; reírnos de medio mundo y elaborar nuestra revista con nuevas aventuras. Los personajes eran sacados de la realidad inmediata, que a veces representaban personajes cercanos a nosotros.
Nos reímos de nuestras historias tontas, nos reímos de nuestra miserable existencia, coloreando así el gris de ese invierno. Entre mi enfermedad y la visita de Mario ocurrió un milagro. Su humor me recupero la salud al instante y al día siguiente de su visita pude levantarme por primera vez.
Al siguiente día, ya mejorando leía en el living de mi casa matando las horas de esas interminables vacaciones cuando golpearon mi puerta. Yo alegre, pensando que ya Mario volvía a contarme su historia o a traerme algun dibujo nuevo que había inventado, abrí la puerta.
Era otro de mis compañeros de curso, quien serio me pidió entrar. Muy triste dijo que traía malas noticias;
Mario-me dijo-ha muerto.
Mi cómplice del humor, el mas alegre de mis compañeros de curso, se había quitado la vida la noche anterior.
Su madre se había enfadado con el y este en un arrebato de rabia y culpa , entro a su pieza, y cerro firmemente la puerta. Esa noche, cuando su padre volvió del trabajo y le pregunto a su esposa donde estaba su hijo , ella le contesto que Mario se había ido a su pieza enojado.
El padre, queriendo aclarar las cosas lo busco por la casa sin recibir contestación. Trato de abrir la puerta de la pieza pero no pudo. Usando toda su fuerza se lanzo contra ella para forzarla a abrirse y allí lo encontró; Mario se había colgado usando uno de los cinturones de su padre.
Sus funerales fueron muy dolorosos, pero allí en el ataúd, frente a los estudiantes de mi colegio, estaba Mario mas alegre que nunca.
Yo me exigía explicaciones, porque, como, para que y esas angustiosas cuestiones que le vienen a cabeza en momentos como ese. En un momento no pude mas y salí de la iglesia donde velaban su cuerpo. Tal vez un poco de aire fresco me dieran claridad.
Solo tenia una pregunta;
Como terminaría esta historia de humor negro? Que mas podría pasar? Mientras estaba en eso, algo muy fresco me recorrió de la cabeza hasta el cuello. Por un instante mire hacia arriba. Palomas friolentas se acurrucaban de los salientes del edificio de la iglesia .
Una de ellas voló en ese instante y estoy seguro que vi a Mario volar junto a ella. Entonces entendí; el que ríe ultimo pensé, ríe mejor.
La sensación en la cabeza, era solo un poco de mierda de paloma y nada mas.
ISABELA EN MULTICOLORES (Cuento corto)
Te conocí Isabela pero no me acuerdo donde ni como, pero de lo que si me acuerdo es que al principio eso fue la adoración a tu vestimenta extraordinaria. Simplemente nadie se vestía así en esa época y sobresalían tus chalecos multicolores, tus faldas gitanas, tus collares inmensos y tus botas carreteadas, en esos tiempos oscuros, de negro y blanco, de tiempos grises y de muerte.
Se que eras el hablar de los vecinos y vecinas y eso era lo que mas me gusto de ti
.Yo era muy joven en ese entonces, cuanto años tendría? Tal vez 16 o quizás 17,a estos años, las memoria me falla un poco.Pero aun así tu imagen de aquel entonces era la imagen de la mujer que me hubiera gustado tener a mi pero que no eras mía.
Isabela, eras excéntrica,única, espectacular!!
Hasta esa fecha, mis novias solo sumaban menos que las dos manos de la Manuela, había sido aunque sin desmerecer, niñas muy típicas del medio ambiente donde crecí. Ninguna se había emborrachado, tal vez una que otra se había excitado más de una vez, pero las púdicas limitaciones de la moral burguesa les impedía irse en orgasmos interminables ni menos declararse hambrientas de diario sexo.
Contigo todo fue diferente.
Pero tenias tu novio, un hombre que te quería mucho pero que sufría permanentemente por tu ansiosa necesidad de arriesgarte hasta quemarte , le desesperaba esa ansiedad tuya de andar viviendo al filo de la navaja, corriendo todos aquellos riesgos. Eso era lo que me llamaba la atención y aprendí a reconocer en ti la capacidad de actuar y decidir por ti misma, de ser mujer independiente, dueña de su destino.
Esto sacudió todos los cimientos de mi educación patriarcal, todos los cimientos de mi aprendizaje católico, apostólico,mojigato y romano. Pero ya a esa edad había aprendido a degustar el placer sensual, es decir, el de todos los sentidos y esto me hacia soñar despierto contigo.
Tu también comenzaste a conocerme, a conocer mis gustos y los temores que me acompañaban en ese entonces, los sueños que compartíamos y creo que comenzaste a sentir algo más que la simple atención que se le depara a un bicho extraño, a un amigo cualquiera. Lo sé y lo sentí así puesto que poco a poco comenzaste a confiarme partes de tu vida, partes de tus diarios asuntos de la intimidad y la angustia de vivir.
Los creía enamorados y a pesar de las muchas batallas que llevaban a cabo tu no te convertías en nada mas que en una buena y cercana amiga con la cual me reunía a compartir la música y el gusto por un buen vino tinto aunque secretamente mi sangre y el corazón palpitaba mas de lo normal cuando pensaba en verte y encontrarme contigo aunque sabia que esto no era nada mas que una fantasía temporal producto de mi edad y las hormonas adolescentes.
Hasta que una noche, en la cual caminamos alrededor de nuestro barrio y me contabas de tus frustraciones con tu pareja, que te exigía lo que tu no podías conceder, seguridad, estabilidad, todas las etapas de la relación estable y tu dale, que no te querías atar tan pronto, que la vida hay que vivirla, que solamente lo habían conocido a el y eso te daba temor, que debieras estar segura.
Yo te compadecia y te decía que todo era discutible, que todos tenían derecho a la elección en el momento preciso, sin obligaciones.Hay que aclarar que este no es un cuento y lo que yo le aconsejaba realmente lo decía en serio aunque ha veces quisiera secretamente que tus dudas te hubieran tirado sobre mi literalmente.
O es que yo era muy precoz para la audacia? Se que no era tan muy joven para no saber que el riesgo debe de tomarse y después hay que vivir sin arrepentirse porque el que se arrepiente solo se salva a corto plazo. Al final, a los que se arrepienten la cobardía los atrapa para siempre.
Y ella dale que hablarme mas cerquita, casi tocándole con sus párpados casi rozándome con sus labios encendidos, con su ternura tibia. Y esto si que lo recuerdo perfectamente hoy.
La abracé como siempre había querido abrazarla pero sin avanzar mas allá, sin intentar calentarme sino como pretendiendo ser un pilar para que te apoyaras para que no cayeras para que te sujetaras en esos momentos de congoja pero no, llegaste igual y me besaste apretándome hasta ti, y yo tratando de explicarme esto y dejandome ir, hasta que me deje que me corrieras mano y me empujaras entre sus piernas abiertas y me besaras en el cuello,suavemente, lentamente, hasta pararme algo mas que el pelo del cuello y yo intentando respirar para solo seguir en esto acariciándote por donde podía, también lanzando mis manos alargadas hasta la profundidad de tu cuerpo y encontrándome con la húmeda laguna de mis deseos entre tus piernas para que después luchando entre manos, dedos y ropas me introdujeras hasta ti diciendo lo rico que era y lo tanto que habían esperado este momento.
Después de terminar entre quejidos, apretados en esa oscura esquina cerca de mi casa, con una luna que me había invisible hasta en ese instante, me pidió que no la dejara nunca, que me quería desde que me había conocido y que solo había necesitado el tiempo para definir sus sentimientos para irse sin herir a quien fuera su pareja por tanto tiempo.
Caminamos conversando y ella me pidió guardarles algunos secretos eróticos, me explico las posturas favoritas y sus fantasias secretas, lo permitido y lo prohibido, lo aceptable y lo objetable y acordaríamos querernos hasta donde pudiéramos sin prometer, dominar, esperar ni obligar a nadie.
Recuerdas eso, Isabela? Recuerdas como me temblaban las piernas?
Aquello era como si volviéramos de una batalla infernal y fuéramos los únicos sobre vivientes. Como si apenas me hubiera salvado de caer a un precipicio sin final ni fondo, y cuando doblamos la esquina, comenzaba otra vida, pero ahora estábamos solo tú y yo, y atrás la luna mas roja y redonda que una naranja.
Vivimos así seis intensos meses, viajamos a innumerables lugares, rociamos la tierra de mis semillas pálidas y tus jugos apasionados, nunca bastándonos de nuestras compañias, aunque solo a veces había notado su inseguridad conmigo, ya que nunca me dejabas solo,o juntarme con mis antiguos amigos o tener otras amigas aparte de ti.
Me entregabas hermosos regalos, me tejía bufandas, sombreros y chalinas de lana, a veces usando sus modelos multicolores, los cuales se me fueron incorporando hasta parecerme a ti. Recorríamos la ciudad de sur a norte de este a oeste, a veces caminando todo el día y conversando y si la noche nos encontraba en alguna plaza oscura, allí terminábamos recalcándonos en el pasto, gozando nuestros cuerpos entre vinos tintos y cigarrillos dulces de marihuana, rompiendo todos las leyes y restricciones de aquella sociedad traumatizada y oxidada.
Pero todo lo que comienza bien termina mal decía mi abuela, así que un día en una de nuestras tertulias de vino tinto y travesias por la ciudad gris e interminable, acabamos bebiendo en un bar alemán al este de la ciudad.
Allí intimamos conversando muy cerca uno del otro. De pronto, un mozo nos acerco una bandeja donde había un solo vaso de champagne espumante.
Aprovechándome de un instante de silencio me levante me despedi instuyendo que con eso yo no interferiría en la vida de nadie, que no quería forzar a ninguno a estar con el otro por obligaciones o fuerza.Que aun eramos libres.
Sali hacia un parque que colindaban con este bar y comencé a esperar el bus que me llevaría a casa.
De repente llegaste tu Isabela reclamando y acusándome de haberte abandonado a ese viejo
-que patudez –me decías-de mandarme un trago y tu escaparte !! Te explique mis razones, te dije que no era yo el llamado para imponerme sobre nadie porque la ley de la selva no era otra de las leyes que me interesaba violar y por lo tanto solo volvía a mi casa.
La discusión continuo, hubo mas y mas acusaciones que ella no era nada para mi, que esto u lo otro y al final en medio de estas contradicciones nos despedimos cada uno en dirección a su hogar.
Di por terminado esto Isabela porque tal vez aun quería mas mi salud mental que a ti, pero enredarme a tus sentimientos me estaba costando demasiado y ya era un riesgo que no podíamos correr.
Se que nunca me perdonaste Isabela porque la ultima vez que hablamos, mucho anos despues, tu me implorabas que te viera aunque fuera solamente por una vez, que ya no te quería porque habías envejecido, que me había aburguesado y otros lamentos que ya ni puedo recordar.
Tuve un sentimiento muy amargo cuando colgué el teléfono después de decirte que la vida había continuado, que los caminos que una vez se cruzaron ya se iban con rumbos diferentes y me despedi, nuevamente para siempre.
Isabela por eso escribo esta historia hoy porque no quiero olvidarme de ti, de tu amor de juventud ni de estos recuerdos.
Lo que ayer se deshizo fue para mejor, y aun a estos años, no queda mas que conformarnos.
Se que eras el hablar de los vecinos y vecinas y eso era lo que mas me gusto de ti
.Yo era muy joven en ese entonces, cuanto años tendría? Tal vez 16 o quizás 17,a estos años, las memoria me falla un poco.Pero aun así tu imagen de aquel entonces era la imagen de la mujer que me hubiera gustado tener a mi pero que no eras mía.
Isabela, eras excéntrica,única, espectacular!!
Hasta esa fecha, mis novias solo sumaban menos que las dos manos de la Manuela, había sido aunque sin desmerecer, niñas muy típicas del medio ambiente donde crecí. Ninguna se había emborrachado, tal vez una que otra se había excitado más de una vez, pero las púdicas limitaciones de la moral burguesa les impedía irse en orgasmos interminables ni menos declararse hambrientas de diario sexo.
Contigo todo fue diferente.
Pero tenias tu novio, un hombre que te quería mucho pero que sufría permanentemente por tu ansiosa necesidad de arriesgarte hasta quemarte , le desesperaba esa ansiedad tuya de andar viviendo al filo de la navaja, corriendo todos aquellos riesgos. Eso era lo que me llamaba la atención y aprendí a reconocer en ti la capacidad de actuar y decidir por ti misma, de ser mujer independiente, dueña de su destino.
Esto sacudió todos los cimientos de mi educación patriarcal, todos los cimientos de mi aprendizaje católico, apostólico,mojigato y romano. Pero ya a esa edad había aprendido a degustar el placer sensual, es decir, el de todos los sentidos y esto me hacia soñar despierto contigo.
Tu también comenzaste a conocerme, a conocer mis gustos y los temores que me acompañaban en ese entonces, los sueños que compartíamos y creo que comenzaste a sentir algo más que la simple atención que se le depara a un bicho extraño, a un amigo cualquiera. Lo sé y lo sentí así puesto que poco a poco comenzaste a confiarme partes de tu vida, partes de tus diarios asuntos de la intimidad y la angustia de vivir.
Los creía enamorados y a pesar de las muchas batallas que llevaban a cabo tu no te convertías en nada mas que en una buena y cercana amiga con la cual me reunía a compartir la música y el gusto por un buen vino tinto aunque secretamente mi sangre y el corazón palpitaba mas de lo normal cuando pensaba en verte y encontrarme contigo aunque sabia que esto no era nada mas que una fantasía temporal producto de mi edad y las hormonas adolescentes.
Hasta que una noche, en la cual caminamos alrededor de nuestro barrio y me contabas de tus frustraciones con tu pareja, que te exigía lo que tu no podías conceder, seguridad, estabilidad, todas las etapas de la relación estable y tu dale, que no te querías atar tan pronto, que la vida hay que vivirla, que solamente lo habían conocido a el y eso te daba temor, que debieras estar segura.
Yo te compadecia y te decía que todo era discutible, que todos tenían derecho a la elección en el momento preciso, sin obligaciones.Hay que aclarar que este no es un cuento y lo que yo le aconsejaba realmente lo decía en serio aunque ha veces quisiera secretamente que tus dudas te hubieran tirado sobre mi literalmente.
O es que yo era muy precoz para la audacia? Se que no era tan muy joven para no saber que el riesgo debe de tomarse y después hay que vivir sin arrepentirse porque el que se arrepiente solo se salva a corto plazo. Al final, a los que se arrepienten la cobardía los atrapa para siempre.
Y ella dale que hablarme mas cerquita, casi tocándole con sus párpados casi rozándome con sus labios encendidos, con su ternura tibia. Y esto si que lo recuerdo perfectamente hoy.
La abracé como siempre había querido abrazarla pero sin avanzar mas allá, sin intentar calentarme sino como pretendiendo ser un pilar para que te apoyaras para que no cayeras para que te sujetaras en esos momentos de congoja pero no, llegaste igual y me besaste apretándome hasta ti, y yo tratando de explicarme esto y dejandome ir, hasta que me deje que me corrieras mano y me empujaras entre sus piernas abiertas y me besaras en el cuello,suavemente, lentamente, hasta pararme algo mas que el pelo del cuello y yo intentando respirar para solo seguir en esto acariciándote por donde podía, también lanzando mis manos alargadas hasta la profundidad de tu cuerpo y encontrándome con la húmeda laguna de mis deseos entre tus piernas para que después luchando entre manos, dedos y ropas me introdujeras hasta ti diciendo lo rico que era y lo tanto que habían esperado este momento.
Después de terminar entre quejidos, apretados en esa oscura esquina cerca de mi casa, con una luna que me había invisible hasta en ese instante, me pidió que no la dejara nunca, que me quería desde que me había conocido y que solo había necesitado el tiempo para definir sus sentimientos para irse sin herir a quien fuera su pareja por tanto tiempo.
Caminamos conversando y ella me pidió guardarles algunos secretos eróticos, me explico las posturas favoritas y sus fantasias secretas, lo permitido y lo prohibido, lo aceptable y lo objetable y acordaríamos querernos hasta donde pudiéramos sin prometer, dominar, esperar ni obligar a nadie.
Recuerdas eso, Isabela? Recuerdas como me temblaban las piernas?
Aquello era como si volviéramos de una batalla infernal y fuéramos los únicos sobre vivientes. Como si apenas me hubiera salvado de caer a un precipicio sin final ni fondo, y cuando doblamos la esquina, comenzaba otra vida, pero ahora estábamos solo tú y yo, y atrás la luna mas roja y redonda que una naranja.
Vivimos así seis intensos meses, viajamos a innumerables lugares, rociamos la tierra de mis semillas pálidas y tus jugos apasionados, nunca bastándonos de nuestras compañias, aunque solo a veces había notado su inseguridad conmigo, ya que nunca me dejabas solo,o juntarme con mis antiguos amigos o tener otras amigas aparte de ti.
Me entregabas hermosos regalos, me tejía bufandas, sombreros y chalinas de lana, a veces usando sus modelos multicolores, los cuales se me fueron incorporando hasta parecerme a ti. Recorríamos la ciudad de sur a norte de este a oeste, a veces caminando todo el día y conversando y si la noche nos encontraba en alguna plaza oscura, allí terminábamos recalcándonos en el pasto, gozando nuestros cuerpos entre vinos tintos y cigarrillos dulces de marihuana, rompiendo todos las leyes y restricciones de aquella sociedad traumatizada y oxidada.
Pero todo lo que comienza bien termina mal decía mi abuela, así que un día en una de nuestras tertulias de vino tinto y travesias por la ciudad gris e interminable, acabamos bebiendo en un bar alemán al este de la ciudad.
Allí intimamos conversando muy cerca uno del otro. De pronto, un mozo nos acerco una bandeja donde había un solo vaso de champagne espumante.
Aprovechándome de un instante de silencio me levante me despedi instuyendo que con eso yo no interferiría en la vida de nadie, que no quería forzar a ninguno a estar con el otro por obligaciones o fuerza.Que aun eramos libres.
Sali hacia un parque que colindaban con este bar y comencé a esperar el bus que me llevaría a casa.
De repente llegaste tu Isabela reclamando y acusándome de haberte abandonado a ese viejo
-que patudez –me decías-de mandarme un trago y tu escaparte !! Te explique mis razones, te dije que no era yo el llamado para imponerme sobre nadie porque la ley de la selva no era otra de las leyes que me interesaba violar y por lo tanto solo volvía a mi casa.
La discusión continuo, hubo mas y mas acusaciones que ella no era nada para mi, que esto u lo otro y al final en medio de estas contradicciones nos despedimos cada uno en dirección a su hogar.
Di por terminado esto Isabela porque tal vez aun quería mas mi salud mental que a ti, pero enredarme a tus sentimientos me estaba costando demasiado y ya era un riesgo que no podíamos correr.
Se que nunca me perdonaste Isabela porque la ultima vez que hablamos, mucho anos despues, tu me implorabas que te viera aunque fuera solamente por una vez, que ya no te quería porque habías envejecido, que me había aburguesado y otros lamentos que ya ni puedo recordar.
Tuve un sentimiento muy amargo cuando colgué el teléfono después de decirte que la vida había continuado, que los caminos que una vez se cruzaron ya se iban con rumbos diferentes y me despedi, nuevamente para siempre.
Isabela por eso escribo esta historia hoy porque no quiero olvidarme de ti, de tu amor de juventud ni de estos recuerdos.
Lo que ayer se deshizo fue para mejor, y aun a estos años, no queda mas que conformarnos.
EL SECRETO ( cuento)
Me habían dicho que era muy buena, que nadie la podía aguantar, que solo mirándole los labios esta te despachaba al mundo de los durmientes, y cuando la vi la primera vez, rondando, bailando en círculos, al ritmo de un rock and roll a todo volumen me lo imagine todo.
Sus ojos verdes y destellantes se clavaron x un instante en los mios, pero entre los que atendían la fiesta , esto me pareció mas una casualidad que una intención determinada. No sabia que la bestia ya se había fijado en su presa, y yo que en aquel entonces me debatía entre la inocencia, la tardía pubertad y el consuelo de que me mantendría fiel y asceta, me detuvo a no pensar mas en el asunto.
Pasaron los días y pasaron las horas como cuando pasan las horas, tictaquenado en el tiempo en ese devenir que solo va hacia el futuro y que inhibe el pasado tic tac a tic tac, como huellas que van quedando en la arena.
Nos volvimos a ver en una reunión de trabajo, allí estaba ella, era una tarde de verano y el tiempo forzaba a que anduviésemos ligeros de ropa, poleras, falda, pantalones cortos,a la moda de aquellos días. Ella llevaba una falda verde con flores rojas, grandes flores rojas, este detalle solo me asalta cuando recuerdo este encuentro, no porque fuera de alguna importancia o tal vez si, ya que le pude admirar las piernas tranquilamente.
Durante la reunión y esporádicamente pues no puedo decir que fue así todo el tiempo, nuestras miradas se cruzaban.A veces las pupilas se quedaban como magneticamente amarradas una a la otra. Otras veces eran casi como una vuelo razante, se miraban ahora y ahora ya no.
En mas de alguna vez llegamos juntos a la maquina que hacia café instantáneo, o a la gifra a llenar algún vaso, y la mayoría de las veces , eran intentos medios tímidos para estar cerca de ella y mirarla mas detenidamente.
Tenia un cuello largo, era bastante bien formada y emanaba un perfume de flores muy atrayente.El nombre del perfume nunca lo supe pero su aroma me persigue aun cuando hago estos recuerdos.
Bueno, a veces comenzamos a decirnos cosas triviales, de que lindo esta el día hasta cosas como el alza de la gasolina y la especulación de los mercados bursátiles.A veces me parecía medio ausente cuando le hablaba de tópicos macroeconomicos, y me pareció que tal vez esto la aburría así que rápidamente le cambiaba el tema para preguntarle por su trabajo, si le gustaba la compañía, los clientes etc.
Ella se reía a menudo y a veces hasta me pareció que le daba risa mi acento o la manera como le explicaba los asuntos laborales.
Un día me llego una nota, no recuerdo como se dio pero alguien me paso una nota invitándome a tomar café con ella después del trabajo.
Pasaron las horas como pasan los elefantes hacia su destino final, lentamente y casi interminablemente. Solo quería poder conversar con ella y saber como era, su situación personal, bueno lo típico que un hombre desea saber de una mujer cuyo aroma a flores le despierta el libido y la curiosidad.
Solo de pensar en tomarnos un café solo con ella me daba escalofríos que recorrieron mi espalda pero que me dieron solo por un rato ya que pronto ya no hice nada mas
que pensar en esa cita.
Y mientras tanto ella!!
Con la panza llena de mariposas, su lengua inquieta por saborear aquel café que lo traería a su lado, inquieta por mirarlo tan solo por escuchar su acento ese que aun escuchaba desde la última vez, pero esta seria diferente, ya sus ojos no lo mirarían de la misma forma que lo hicieron en aquella ultima reunión.
Ella estaba sedienta y con ganas de tomarlo en sus brazos bañarse en su aroma, con 20.000 pensamientos con diferentes sabores.
Llego la hora!! Y si que se le acabo la calma, pero sus ojos brillaron y juntos se conectaron aunque llenos de temor los dos cambiaron un par de frases “Las de ella un poco torpes” Pero el con una sonrisa le quito la vergüenza, así que poco rato después de la nada un beso los junto, uno muy húmedo y caliente, uno que lo condenó a ser devorado por esa lengua inquieta que olvidó el café y que ahora solo deseaba beber de él y recorrer con su lengua su cuello, lo que activó cada uno de sus sentidos y mientras la besaba su respiración se agitaba cada vez mas jadeante .
Por un segundo se detuvo y con alguno de esos extraños pensamientos que solo a las mujeres se les ocurren en esos momentos, pero que eso nada cambio pues el la tomo de su mano y le hizo el amor como bailando tango.
Beso a beso la llenó de pasión y la quemó con la punta de sus dedos, cabalgando en sus entrañas y la hizo más mujer que nunca.
Como muertos los dos en el piso dejaron caer sus cuerpos cansados. Entonces mientras el prendia un cigarrillo a ella le temblaban las piernas y su clítoris palpitaba.
El silencio se apoderó del lugar, y después de tomar un poco de aire y de aterrizar de su largo e intenso viaje por la sangre se levanto por algo mas y después de mirarla le besó su pecho pero sus dedos fríos lo tocaban, y el se puso duro y caliente, y ella con todas las ganas le arranco la ropa otra vez y con la punta de su lengua tocó la punta de su pene, el cual comienza a palpitar como si quisiera explotar ella lo lamía cual helado,pasándole su lengua por toda su carne violenta.
A ella esto la trastornó y cada vez se le antojaba mas y mas. Creo que ella aun lo recuerda así, sé que todavía tiene tu sabor en sus labios…
Ahi quedaron, tirados, descansando después del agotado ejercicio de sexos que se encontraron, ansiosos, calientes, voluptuosos, donde la carne fresca olia a transpiracion y semen. Ella, despeinada miraba el techo como buscando palabras para tejer una conversacion que no quería comenzar pero que se hacia a cada minuto mas y mas necesaria.
Yo por mi lado tratando de tranquilizar mi respiracion la que agitada me retumbaba en los oídos, en ese tipo de parlantes que unen el mundo y el alma.
Sentí sus dedos en mis piernas, como me rozaban solo con la punta de sus dedos, de arriba a abajo y que iban recorriendo los pliegues de la piel despertando así el gigante que a veces llevamos adentro
-gracias por darme este lindo regalo- creo que le alcancé a escuchar su voz decirme
-oh no gracias a ti- creo que le conteste- lo he disfrutado mucho-
-uff hacia tiempo que no tenia una sesión tan activa como esta y he quedado satisfecha-
si? Y cuando fue aquello –
-Hace mucho tiempo ya-dijo como no queriendo decir nada mas
mire mas alerta esta vez, me di vuelta para tenerle sus pupilas frente a los mios
- pero dime cuanto tiempo exactamente ?-
ella contesto secamente -pero para que hablar de eso –
-porque me interesa saberlo- conteste
y ella -nunca te interese lo que no te pertenece porque esa historia no es de nadie-
pero…-alcanze a decir y preferí guardar silencio antes de causar algún mal rato.
Pasaron los días, un par de veces por semana nos encontrábamos en secreto a explorar nuestros cuerpos, a convertirnos en amantes, a intentar entra en los cuerpos de ambos y de tocarse los huesos . Aun así, mientras en un descanso del amor le comencé a mirar su brazos, y me encontré con las marcas; eran pequeñas marcas circulares que se repetían en diversas partes de los antebrazos, esa parte done la carne es menos gruesa.
Las vi y me hablaron directamente y sin poder resistir le pregunte rigurosamente sobre el origen de ellas. Ella me abrió los ojos , me retiro los brazos y me contesto muy seria que no queria contarme nada
-que no tenia ningún derecho a revolverle en su pasado aquellas cicatrices –
le pedí disculpas, le di explicaciones y le pedí perdón por haber intentado quebrar su condición con la cual habíamos hecho un pacto de silencio.
Quise obviarlo, pero no podía; las cicatrices eran obvias, sus brazos estaban marcados a fuego.
Me pregunte su origen, como estaban allí, quien la había marcado de esa manera, y no tuve respuestas.
Nuestra relación continuo entre estos repentinos encuentros y algunos largos periodos de silencio que me comenzaban a desesperar.
Es que no saber de ella, de donde estaba, que hacia, en quien pensaba, me revolviera el estomago y me incrementaba la ansiedad, hasta quebrarme el sueño.
Hubiera querido saber mas, haberla visto mas, haber aprovechado esos tiempos en conocerle su historia pero ella me había cerrado esa puerta.
No me quedo mas que esperar y recordar su aroma para darme fuerzas para seguir viviendo.
Sabría yo de su pasado? O fue este solo instante, un relámpago de amor
Que en un abrir y cerrar de ojos se desvanece?
La buscaba en la calle, atendí diversas reuniones del personal esperando verla nuevamente, de poder encontrar sus ojos otra vez, pero ya no la encontré de nuevo y he tenido que tejer este cuento para poder volver a sentirla cerca mio.
Sus ojos verdes y destellantes se clavaron x un instante en los mios, pero entre los que atendían la fiesta , esto me pareció mas una casualidad que una intención determinada. No sabia que la bestia ya se había fijado en su presa, y yo que en aquel entonces me debatía entre la inocencia, la tardía pubertad y el consuelo de que me mantendría fiel y asceta, me detuvo a no pensar mas en el asunto.
Pasaron los días y pasaron las horas como cuando pasan las horas, tictaquenado en el tiempo en ese devenir que solo va hacia el futuro y que inhibe el pasado tic tac a tic tac, como huellas que van quedando en la arena.
Nos volvimos a ver en una reunión de trabajo, allí estaba ella, era una tarde de verano y el tiempo forzaba a que anduviésemos ligeros de ropa, poleras, falda, pantalones cortos,a la moda de aquellos días. Ella llevaba una falda verde con flores rojas, grandes flores rojas, este detalle solo me asalta cuando recuerdo este encuentro, no porque fuera de alguna importancia o tal vez si, ya que le pude admirar las piernas tranquilamente.
Durante la reunión y esporádicamente pues no puedo decir que fue así todo el tiempo, nuestras miradas se cruzaban.A veces las pupilas se quedaban como magneticamente amarradas una a la otra. Otras veces eran casi como una vuelo razante, se miraban ahora y ahora ya no.
En mas de alguna vez llegamos juntos a la maquina que hacia café instantáneo, o a la gifra a llenar algún vaso, y la mayoría de las veces , eran intentos medios tímidos para estar cerca de ella y mirarla mas detenidamente.
Tenia un cuello largo, era bastante bien formada y emanaba un perfume de flores muy atrayente.El nombre del perfume nunca lo supe pero su aroma me persigue aun cuando hago estos recuerdos.
Bueno, a veces comenzamos a decirnos cosas triviales, de que lindo esta el día hasta cosas como el alza de la gasolina y la especulación de los mercados bursátiles.A veces me parecía medio ausente cuando le hablaba de tópicos macroeconomicos, y me pareció que tal vez esto la aburría así que rápidamente le cambiaba el tema para preguntarle por su trabajo, si le gustaba la compañía, los clientes etc.
Ella se reía a menudo y a veces hasta me pareció que le daba risa mi acento o la manera como le explicaba los asuntos laborales.
Un día me llego una nota, no recuerdo como se dio pero alguien me paso una nota invitándome a tomar café con ella después del trabajo.
Pasaron las horas como pasan los elefantes hacia su destino final, lentamente y casi interminablemente. Solo quería poder conversar con ella y saber como era, su situación personal, bueno lo típico que un hombre desea saber de una mujer cuyo aroma a flores le despierta el libido y la curiosidad.
Solo de pensar en tomarnos un café solo con ella me daba escalofríos que recorrieron mi espalda pero que me dieron solo por un rato ya que pronto ya no hice nada mas
que pensar en esa cita.
Y mientras tanto ella!!
Con la panza llena de mariposas, su lengua inquieta por saborear aquel café que lo traería a su lado, inquieta por mirarlo tan solo por escuchar su acento ese que aun escuchaba desde la última vez, pero esta seria diferente, ya sus ojos no lo mirarían de la misma forma que lo hicieron en aquella ultima reunión.
Ella estaba sedienta y con ganas de tomarlo en sus brazos bañarse en su aroma, con 20.000 pensamientos con diferentes sabores.
Llego la hora!! Y si que se le acabo la calma, pero sus ojos brillaron y juntos se conectaron aunque llenos de temor los dos cambiaron un par de frases “Las de ella un poco torpes” Pero el con una sonrisa le quito la vergüenza, así que poco rato después de la nada un beso los junto, uno muy húmedo y caliente, uno que lo condenó a ser devorado por esa lengua inquieta que olvidó el café y que ahora solo deseaba beber de él y recorrer con su lengua su cuello, lo que activó cada uno de sus sentidos y mientras la besaba su respiración se agitaba cada vez mas jadeante .
Por un segundo se detuvo y con alguno de esos extraños pensamientos que solo a las mujeres se les ocurren en esos momentos, pero que eso nada cambio pues el la tomo de su mano y le hizo el amor como bailando tango.
Beso a beso la llenó de pasión y la quemó con la punta de sus dedos, cabalgando en sus entrañas y la hizo más mujer que nunca.
Como muertos los dos en el piso dejaron caer sus cuerpos cansados. Entonces mientras el prendia un cigarrillo a ella le temblaban las piernas y su clítoris palpitaba.
El silencio se apoderó del lugar, y después de tomar un poco de aire y de aterrizar de su largo e intenso viaje por la sangre se levanto por algo mas y después de mirarla le besó su pecho pero sus dedos fríos lo tocaban, y el se puso duro y caliente, y ella con todas las ganas le arranco la ropa otra vez y con la punta de su lengua tocó la punta de su pene, el cual comienza a palpitar como si quisiera explotar ella lo lamía cual helado,pasándole su lengua por toda su carne violenta.
A ella esto la trastornó y cada vez se le antojaba mas y mas. Creo que ella aun lo recuerda así, sé que todavía tiene tu sabor en sus labios…
Ahi quedaron, tirados, descansando después del agotado ejercicio de sexos que se encontraron, ansiosos, calientes, voluptuosos, donde la carne fresca olia a transpiracion y semen. Ella, despeinada miraba el techo como buscando palabras para tejer una conversacion que no quería comenzar pero que se hacia a cada minuto mas y mas necesaria.
Yo por mi lado tratando de tranquilizar mi respiracion la que agitada me retumbaba en los oídos, en ese tipo de parlantes que unen el mundo y el alma.
Sentí sus dedos en mis piernas, como me rozaban solo con la punta de sus dedos, de arriba a abajo y que iban recorriendo los pliegues de la piel despertando así el gigante que a veces llevamos adentro
-gracias por darme este lindo regalo- creo que le alcancé a escuchar su voz decirme
-oh no gracias a ti- creo que le conteste- lo he disfrutado mucho-
-uff hacia tiempo que no tenia una sesión tan activa como esta y he quedado satisfecha-
si? Y cuando fue aquello –
-Hace mucho tiempo ya-dijo como no queriendo decir nada mas
mire mas alerta esta vez, me di vuelta para tenerle sus pupilas frente a los mios
- pero dime cuanto tiempo exactamente ?-
ella contesto secamente -pero para que hablar de eso –
-porque me interesa saberlo- conteste
y ella -nunca te interese lo que no te pertenece porque esa historia no es de nadie-
pero…-alcanze a decir y preferí guardar silencio antes de causar algún mal rato.
Pasaron los días, un par de veces por semana nos encontrábamos en secreto a explorar nuestros cuerpos, a convertirnos en amantes, a intentar entra en los cuerpos de ambos y de tocarse los huesos . Aun así, mientras en un descanso del amor le comencé a mirar su brazos, y me encontré con las marcas; eran pequeñas marcas circulares que se repetían en diversas partes de los antebrazos, esa parte done la carne es menos gruesa.
Las vi y me hablaron directamente y sin poder resistir le pregunte rigurosamente sobre el origen de ellas. Ella me abrió los ojos , me retiro los brazos y me contesto muy seria que no queria contarme nada
-que no tenia ningún derecho a revolverle en su pasado aquellas cicatrices –
le pedí disculpas, le di explicaciones y le pedí perdón por haber intentado quebrar su condición con la cual habíamos hecho un pacto de silencio.
Quise obviarlo, pero no podía; las cicatrices eran obvias, sus brazos estaban marcados a fuego.
Me pregunte su origen, como estaban allí, quien la había marcado de esa manera, y no tuve respuestas.
Nuestra relación continuo entre estos repentinos encuentros y algunos largos periodos de silencio que me comenzaban a desesperar.
Es que no saber de ella, de donde estaba, que hacia, en quien pensaba, me revolviera el estomago y me incrementaba la ansiedad, hasta quebrarme el sueño.
Hubiera querido saber mas, haberla visto mas, haber aprovechado esos tiempos en conocerle su historia pero ella me había cerrado esa puerta.
No me quedo mas que esperar y recordar su aroma para darme fuerzas para seguir viviendo.
Sabría yo de su pasado? O fue este solo instante, un relámpago de amor
Que en un abrir y cerrar de ojos se desvanece?
La buscaba en la calle, atendí diversas reuniones del personal esperando verla nuevamente, de poder encontrar sus ojos otra vez, pero ya no la encontré de nuevo y he tenido que tejer este cuento para poder volver a sentirla cerca mio.
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